Sin trama y sin final es el título de un pequeño ensayo de Anton Chéjov a propósito del arte de escribir. En este blog se publicarán relatos de menos de doscientas palabras. Quien se atreva podrá mandar su obra a nuestra dirección de correo electrónico: sintramanifinal@gmail.com. Espero que hagamos una buena colección entre muchos.



14.5.11

Incertidumbre.


por Chema Rodríguez.
 
Acudió a la consulta de psiquiatría profundamente preocupado, casi abatido. Lo que le había ocurrido podía ser síntoma de alguna enfermedad de difícil diagnóstico, y, consecuentemente de complicado, o tal vez imposible tratamiento.

Cuando, dentro de la consulta, el psiquiatra le indujo a que explicase detalladamente los motivos por los que acudía a su consulta, el paciente fue extremadamente escueto:  - “Creo, doctor, que no soy nadie”.

Extrañado el doctor por tan categórica explicación, le invitó a que manifestase los síntomas que le habían llevado a tal conclusión, si se sentía ignorado por los suyos, o si había perdido su autoestima, necesitaba datos para poder diagnosticar lo mas acertadamente posible el caso planteado por su paciente.

 En sus detalladas explicaciones el paciente reconoció no ser consciente de haber perdido el reconocimiento, la estima, ni el respeto de sus familiares, amigos o compañeros de trabajo, pero le había sucedido algo terrible, inexplicable, que fue lo que le hizo sospechar que algo raro e inusual estaba turbando su espítitu: Mientras esperaba a las puertas de un gran almacén el detector infrarrojo de presencias no le había detectado, y la puerta no se había abierto.

7.5.11

Vestuarios.

por Petrarca.

-¡Qué vergüenza, Paco! ¡Qué vergüenza! Mira en qué poco tiempo nos hemos venido abajo. Ya lo decía yo, ¿te acuerdas? Hace dos años que esto se veía venir pero, por unas cosas o por otras, habíamos resistido. Nos manteníamos, Paco. Ahora las cosas han llegado a un punto… Joder, que casi dan ganas de que se hunda todo. ¡A ver si aprendemos de una vez, coño! Porque los culpables no son sólo ellos. Lo he dicho muchas veces: desde el primero al último todos somos responsables. Ellos por no manejar bien los hilos y nosotros por no desenredarnos. Tú me lo has oído decir muchas veces. Pues, mira, ahí tienes la prueba. Venga al bocadillo, venga al oé oé… ¡Qué desilusión! Vivíamos de rentas y cuando uno vive de rentas más vale rezar para que no se te acabe la suerte. Y trabajar, Paco. Y trabajar. Que aquí hay mucho sinvergüenza. Cuando un barco se hunde las primeras en marcharse son las ratas y los primeros que llegan son los buitres. Ahí los tienes, esperando su turno. Esperando que todo se arregle para volver a estropearlo. Dan ganas de borrarse, Paco. Como perdamos en Anoeta te juro que me borro.