Sin trama y sin final es el título de un pequeño ensayo de Anton Chéjov a propósito del arte de escribir. En este blog se publicarán relatos de menos de doscientas palabras. Quien se atreva podrá mandar su obra a nuestra dirección de correo electrónico: sintramanifinal@gmail.com. Espero que hagamos una buena colección entre muchos.



11.11.11

Pum.

por Petrarca.


Cada noche a las diez en punto, desde hace ya muchos años, alguien hace estallar un petardo en algún lugar cercano de la ciudad. El estallido irrumpe en casa durante las cenas y habitualmente se queda en ellas convertido en tema de conversación. Igual que el canario, cuando aún lo teníamos, o como esa pintura de la flor violeta que ahora cuelga donde estaba la jaula, allí donde se dirigen las miradas cuando no hay nada que decir. Cuentan que es un hombre viejo y que el petardo le sirve a ese hombre viejo para avisar a sus hijos de que la cena está lista –o, al menos, de que está en proceso de estarlo-, aunque también se ha dicho que es un modo de recordar a su esposa muerta. Si algún día no suena el petardo o si no lo hemos escuchado porque había algo que decir, luego, al primer silencio tras las diez en punto, alguien de la mesa suele echarlo en falta y dice que lo echa en falta y entonces hablamos, igualmente, del aviso para la cena o de la esposa muerta o de que no se sabe muy bien por qué.

2 comentarios:

  1. Que romántico lo del Pum para recordar a su esposa muerta... a mí es la versión que más me gusta. En el fondo todos queremos tener alguien a quién poder recordar en silencio o publicamente pero alguien por el que merece la pena seguir.

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