(Reflexión de la burra del portal de Belén)
por El Zorro Volador.
por El Zorro Volador.
Viendo que los pastores habían hecho lumbre y asado un cordero tierno para que la familia cenara caliente, que engalanados reyes extranjeros habían traído regalos costosos y deslumbrantes, y que hasta los ángeles se habían hecho presentes y cantaban alegrías tintineantes, aprovechando que el bebé volvía a llorar de frío, el buey le preguntó a la burra, con un mugido ahogado en vergüenza, qué pintaban ellos en aquel establo.
– Él ha venido a nuetra casa -rebuznó la penca, sin saber que pasaban a formar parte del Misterio.
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