por Blanca Gallego Luquero
- Galería de fotos - Cuando la vi por primera vez me daba la espalda, pero su culito respingón y ese movimiento de caderas me hicieron saber que no era totalmente ajena a mi presencia. Para mi fue amor a primera vista. Sin remedio ya cuando, en nuestro segundo encuentro, encontró la manera de frotarse a mí como una hembra en celo. Sus ojos de caramelo tostado y la suavidad de su melena entre morena y pelirroja hicieron el resto.
La primera vez que vino a casa para quedarse a dormir, la llevé, por prudencia, a la habitación de invitados. Pero prefirió la mía. Desde entonces compartimos dormitorio, pero nunca cama.
Alegre y caprichosa, siempre fiel y a veces terca, con una paciencia sin límites o una rabiosa impaciencia, según las circunstancias, ha sido mi compañera de correrías y aventuras, con una entrega sin reservas. Además, dulce y cariñosa, nunca cuestiona lo que digo ni lo que hago. Podéis pensar que no me la merezco, yo también lo creo.
Su mirada de adoración y sus húmedos besos han sido un bálsamo en los peores momentos de mi vida.
Así es ella, todo eso y mucho más. Mi perra, feliz simplemente por estar conmigo.
Bueno, precisamente (no digo que por casualidad) ahora tengo entre las manos un libro del escritor británico J.R Ackerley titulado MI PERRA TULIP. En el primer pasaje del libro el escritor habla de sí paseando con su perra y cuenta que en el paseo adelanta a una anciana que empuja un cochecito. Pues bien, lo que la anciana lleva en el cochecito es, también, un perro. Es una anécdota. Parece que a Ackerley nunca le gustaron los perros hasta que empezó a convivir con el suyo.
ResponderEliminarEl amor a los animales siempre me ha parecido una muestra de sensibilidad aunque a veces sea desconocida en uno mismo.
J. P. Lázaro.
Si, yo tmb he conocido a gente que no ha descubierto la gran valía de estos animales hasta que no lo han experimentado en primera persona. Luego caen del guindo y se creen que el suyo es el no va más de todos los perros, jejeje.
ResponderEliminarDesde luego, todos los animales se merecen nuestro cariño y nuestro respeto. Lastima que la mayor parte del mundo no lo sepa.
Un saludo. Blanca.
Estupendo relato sobre tan fieles compañeros, yo soy más de gatos pero tanto da; enhoabuena. Hay mucho animal que no respeta a los animales, pero creo que somos más los que los apreciamos en lo que son :-)
ResponderEliminarGracias JLin por tu comentario. Sobre los gatos tmb se podrían escribir cosas bonitas. Como felinos que son, sus cualidades son distintas a las de los perros, pero tmb me gustan. Un saludo. Blanca G.L.
ResponderEliminarMi alma sucia habría querido que, al final, fuese una modelo sueca de lencería... Pero, bien, que sea una perra también mola. ;)
ResponderEliminarSe siente, Petrarca, pero la modelo sueca de lencería tendrás que buscartela por otros lares porque yo no conozco a ninguna tan intimamente como a mi perra... jejeje. Muchas gracias por pasar y dejar tu comentario :-) Un saludo. Blanca G.L.
ResponderEliminarQue tal! espero que estés muy bien..
ResponderEliminardespués de algunos meses he regresado con un "Tornado"..
te dejo un fuerte abrazo!