(La Puta Élite)
Al girar mi cabeza miré sus ojos penetrantes, llenos de fuego. El viento hacía bailar su melena de oro que rozaba mis mejillas caprichosamente. Observé su físico, sus músculos bien formados, su espalda marcando una estructura ósea perfecta, digna de un dios. No pude evitar sonreir, halagado, mientras una criatura tan hermosa me devoraba.
Sin duda se trata de una experiencia extraordinaria. Por favor, vuelve a pasar por aquí la próxima vez que mueras.
ResponderEliminarJ. P. Lázaro.