por J. P. Lázaro.
A Raquel
Aún no entendía por qué le había dicho que sí y pensaba la cuestión preocupado. Seguía sentado en la mecedora y con un libro de la mano. Un poemario que sólo una vez había abierto en toda la tarde. Ni una sóla estrofa terminada. Esa noche había quedado con su mujer para tomar unas copas por ahí, nada extraordinario salvo por su finalidad: recordar los viejos tiempos en los que empezaron a salir juntos.
Agua pasada, amigo, se decía con el libro cerrado pendiendo de la mano, abandonado. Dio un largo trago de la cerveza que tenía en la mesita de al lado y decidió que hablaría con ella en cuanto llegara. No recordarían viejos tiempos, aquel tiempo de felicidad comprimida, siempre a punto de estallar y que quedó muy atrás. Con la locura previsible del enamoramiento, cuando eran dirigidos hacia un fin que se les ocultaba entonces, desorientados.
Este otro tiempo, reposado, era mejor. Ahora se conocían. Tomó el libro de nuevo y leyó, satisfecho: Arrepintámonos de todo, amor, tengo un puñal que clavar en el centro de La Tierra.
Cuanto razón tiene el protagonista ! Las tormentas, del género que sean, nos bambolean, nos arrastran, nos hacen caer, levantar para volver a caer... Hasta que llega la calma que siempre viene después, con la tranquilidad y el equilibrio que nos da. La serenidad es otra etapa más tardía. Me ha gustado todo, desde la dedicatoria muy bonita hasta la última y contundente frase. Y compruebo que no eres tan rarito :-) Un saludo. Blanca G.
ResponderEliminarEs terrible el momento de decir "en mi época" como si ésta no lo siguiera siendo. Yo le riño mucho a mi madre por esa razón.
ResponderEliminarEs cierto, mucha gente, por lo general descontenta con el presente, mira hacia atrás sin remedio y eso suele ser un error; como dice una canción "al lugar donde fuiste feliz no debieras tratar de volver"
ResponderEliminarLa serenidad, Blanca... ¡ay, la serenidad! Hace unos días fue el cumple de Raquel y me apeteció, dada mi tacañería, regalarle un relatito poético. Ya ves.
ResponderEliminarPetrarca, siempre he opinado igual que tú, de verdad que es terrible eso de "mi época". Pero no te pases con tu madre, ¿eh?
Jlin, mirar hacia atrás es un error cuando se busca vivir por allá los tiempos de ahora. Estoy de acuerdo.
J. P. Lázaro.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarmuchas gracias, es precioso y me ha hecho recordar tiempos buenos, muy buenos pero no mejores que el actual. Aunque también es cierto que es terrible que el tiempo borre tan rápido los momentos pasados. Un beso
ResponderEliminarSiempre fui nostágica.Me gusta el pasado...
ResponderEliminarMe encantó este relato.